El terrorista de Westminster podría no haber actuado solo. Según medios británicos, los investigadores barajan que Khalid tuviese cómplices porque solo tres minutos antes del atentado, utilizó su Whatsapp para enviar mensajes cifrados. La pregunta ahora es quién estaba al otro lado de la conversación.

Otra de las incógnitas es por qué pasó la noche anterior al ataque en un hotel de Brigthon: "Era amigable, reía, bromeaba…" confiesa Sabeur Taromi, encargado del hotel. Para llegar hasta allí Khalid tuvo que alquilar el coche en un concesionario de Birminghan donde vivía, conducir más de tres horas hasta Brigton y dormir allí para partir al día siguiente a la capital, escenario de su matanza.

Es el peor ataque que ha protagonizado este británico de nacimiento pero no el único. Un amigo suyo ha revelado a 'The Sun' que antes de radicalizarse le confesó que sentía ansia de sangre y de matar a alguien. Su historial criminal se remonta 30 años atrás, repleto de violencia, armas y agresiones que le llevaron a la cárcel, allí se cree que se radicalizó.

Kalid no siempre fue Kalid. Adrian Russell nació en Kent. Profesor de inglés "amigable y cercano", según presumía en su curriculum, ejerció como tal en Arabia Saudí en 2005, país en el que se habría convertido al islam. Ya de vuelta, Khalid demostró tener dos caras: "Era un padre de familia normal que llevaba a sus criaturas al colegio por la mañana" explica Iwona Romek, vecina de Birmingham. Un padre que tras 10 años sin hablarse con su familia, se convirtió en el terrorista que ha acabado con la vida de cuatro personas.