Los hay que llegan a Lampedusa buscando unas vacaciones de 10 con sol y playas paradisíacas, pero los migrantes que logran llegar cansados y deshidratados, y lo hacen escoltados por las autoridades del puerto. Porque Lampedusa está marcada como doble destino: paraíso turístico, pero también lugar de llegada de migrantes.

Precisamente de allí partió la mañana de este lunes la capitana del Sea Watch, a la que se veía seria y con la mirada al frente. A su llegada a Agrigento, en Sicilia, estaba más sonriente con un grupo de gente la ha recibido con aplausos y gritos de ánimo.

La joven, en arresto domiciliario desde el sábado, se enfrenta a hasta 10 años de cárcel por haber entrado sin autorización en el puerto de Lampedusa con 40 migrantes a bordo y por desobedecer y resistirse a las autoridades.

Una decisión que, según asegura la portavoz de Sea Watch en Italia, ha tomado convencida y sabiendo que le podría traer consecuencias. "Carola se sacrificó para llevar a estas personas a tierra. Ha hecho lo que tenía que hacer y asumirá la responsabilidad", explica Giorgina Linardi, portavoz del Sea Watch en Italia.

Espera que esto sirva para acabar con la criminalización de la actividad humanitaria, porque como explica Linardi: "Necesitamos apoyo para poner fin a la muerte de personas en el mar". Mientras, el ministro de exteriores alemán ha exigido a Italia que liberen a la capitana del Sea Watch.