El presidente argentino, Alberto Fernández, ha reivindicado en su investidura una "justicia independiente" y ha reclamado el fin de lo que consideró un sistema judicial que sigue los dictados del "poder", para lo cual propondrá una reforma del sistema de justicia.
"Nunca más a una justicia que decide y persigue según los vientos políticos del poder de turno", exclamó Fernández, acompañado en el estrado por la nueva vicepresidenta del país, Cristina Fernández, jefa de Estado entre 2007 y 2015 e investigada por la Justicia por diversas causas de corrupción abiertas durante el período del anterior presidente, el conservador Mauricio Macri (2015-2019).
Los párrafos que Alberto Fernández dedicó a la Justicia fueron de los más aplaudidos por sus compañeros de filas en el largo discurso de asunción, después de que Macri le pusiera la banda presidencial y le diera el bastón de mando. El presidente repitió y exclamó en varias ocasiones las palabras "nunca más".
"Nunca más una justicia que es utilizada para saldar discusiones políticas, ni a una política que judicializa los disensos para eliminar al adversario de turno. Lo digo con la firmeza de una decisión profunda: nunca más es nunca más", subrayó.
El nuevo presidente confirmó que para acabar con ello enviará al parlamento "un conjunto de leyes que consagren una integral reforma del sistema federal de justicia". El mandatario indicó que el nuevo Gobierno quiere "una Argentina donde se respeten a rajatabla la Constitución y las leyes", y aseveró que no quiere que "haya impunidad".
"Ni para un funcionario corrupto, ni para quien lo corrompe, ni para cualquiera que viola las leyes", recalcó. Añadió que "ningún ciudadano, por más poderoso que sea, está exento de la igualdad ante la ley". Sin mencionar al Gobierno que le precede, Alberto Fernández consideró que "en los últimos años" se ha producido un "deterioro judicial" en el país.
"Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática", indicó. Cristina Fernández, durante los últimos años, ha sostenido que es víctima de una "persecución política" por parte de quien hasta hoy ostentó el Gobierno y otros dirigentes políticos kirchneristas están en prisión preventiva por los mismos procesos en los que está inmersa ella.