El papa Francisco ha viajado a Marruecos, donde permanecerá dos días en su capital, Rabat, en un viaje en el que reforzará los lazos con el islam y mostrará su cercanía a la pequeña comunidad católica, de apenas 25.000 personas.

El avión de la compañía 'Alitalia' despegó del aeropuerto romano de Fiumicino y aterrizó en Rabat, donde le esperaraba el rey Mohammed VI para la ceremonia de bienvenida.

El papa viaja acompañado del secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin; el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal italiano Fernando Filoni; el secretario del Pontificio Consejo para el Dialogo Interreligioso, el español Miguel Ángel Ayuso Guixot, además de 73 periodistas.

La visita del papa ha comenzado con una discreta ceremonia en el aeropuerto de Rabat donde se le han ofrecido al papa dátiles y leche de almendra como ya sucedió con Juan Pablo II en 1985. Tras el encuentro con la población en la explanada Hassan Tour, Francisco y el rey Mohammed VI llegarán a bordo del papa móvil y de un auto descubierto y pronunciarán sus discursos.

Posteriormente, Francisco visitará el mausoleo de Mohammed V, se reunirá con el rey y se encontrará con su familia en el Palacio Real. En su visita el instituto para predicadores, inaugurado en 2015, el papa y Mohammed VI no tomarán la palabra, pero si están previstos los discursos de dos estudiantes y del Ministro de Asuntos Religiosos. Por la tarde, el pontífice visitará el centro de Caritas.