"Estas heridas abiertas nos desafían a ser firmes y decisivos en la búsqueda de la verdad y la justicia", ha declarado el papa Francisco este domingo durante una misa en el santuario de Knock.

El papa se reunió con un grupo de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en Irlanda, según declaró el portavoz oficial del Vaticano Greg Burke. Tras el encuentro, algunas de las víctimas participantes revelaron que Francisco comparó la corrupción y el encubrimiento de los abusos con "caca".

El papa condenó como "caca" la falta de investigación pese a las denuncias, utilizando la palabra que tanto en italiano como en su castellano natal significan excremento, según revela un comunicado difundido tras la reunión por la asociación de víctimas Supervivientes de los Hogares Madre y Bebé. El traductor explicó a los allí reunidos que "caca" significa "literalmente suciedad como lo que se puede ver en un váter", relata la asociación.

Una de las participantes, Clodagh Malone, comentó también la reunión. "Ha sido un encuentro muy potente. Nos ha escuchado con auténtico interés", afirmó. Malone nació en una de las casas de acogida para madres solteras financiadas por el Estado y gestionadas por la iglesia en las que se produjeron abusos.

El encuentro duró una hora y media y entre las personas presentes también estaba la irlandesa Mary Collins, una de las primeras personas a quien Francisco llamó cuando instituyó el organismo de la Santa Sede que debe responder ante los casos de pederastia en el seno de la Iglesia y que posteriormente presentó su dimisión.

Según alegó entonces, renunció a su cargo en la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores de la Santa Sede ante la negativa de algunos miembros de la Curia romana a responder a todas las cartas escritas por víctimas de abusos.

En su primer discurso en Dublín, el Papa reconoció el "fracaso de las autoridades eclesiásticas" al afrontar los "crímenes repugnantes" de los abusos sexuales a menores por parte del clero católico, una lacra que tuvo en Irlanda una de sus crisis más graves.

"El fracaso de las autoridades eclesiásticas, obispos, superiores religiosos, sacerdotes y otros, al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica. Yo mismo comparto estos sentimientos", defendió Francisco.