Coches calcinados, atrapados en medio de la carretera sin poder huir. Familias enteras decidieron escapar a toda velocidad por la nacional-236, pero la vía se convirtió en una ratonera.

"Después de varios intentos dejé mi coche y me metí en otro. Nos arriesgamos y conseguimos pasar la zona", afirma uno de los supervivientes.

Todo apunta a que se vieron sorprendidos por una tormenta de fuego o tormenta ígnea. En la zona se daban las condiciones para formar este fenómeno: altas temperaturas, por encima de los 40 grados, una humedad muy baja y un terreno completamente seco por la escasez de lluvias.

Pero qué es una tormenta de fuego. Se lo explicamos: en una zona comienza un pequeño foco de incendio. El aire se calienta y sube rápidamente, entra aire frío y ocupa el vacío dando más oxígeno a las llamas. Así, el fuego comienza a propagarse y se repite el mismo proceso.

Se forman vientos de hasta 200 kilómetros por hora y la temperatura puede alcanzar los 2.000 grados. Entonces comienza una combustión espontánea y los fuegos aparecen en muchos sitios a la vez de forma repentina.

Los expertos advierten que los grandes incendios forestales como éste no pueden combatirse sino prevenirse.