Sobrevolar el Caribe, siguiendo la estela del huracán, es estremecedor. Irma ha asolado barrios, pueblos, enteros. Casi toda Barbuda ha quedado inhabitable, anegada o reducida a escombros. Un desastre sin precedentes del que tardarán muchos meses en recuperarse.

La peor y más triste experiencia para muchos, también en las vecinas islas de San Bartolomé y San Martín. Apenas un 5% de ésta última ha quedado intacto.

Casas y edificios completamente destrozados, incluido el aeropuerto, vehículos apilados o hundidos en calles convertidas en ríos. Algo mejor parados han salido en Puerto Rico, donde se habían preparado para lo peor. “Si esto nos hubiese cogido como se suponía, aquí no hubiera quedado nada", ha señalado un ciudadano.

Aun así, un millón de personas se han quedado sin luz y más de 4.000 han tenido que ser evacuadas. El huracán, aún de categoría cinco, azota ahora República Dominicana. "Llueve bastante, hace mucho viento", ha señalado Maxiel Jerez, una ciudadana de Republica Dominicana. "Las calles están desiertas, la gente no sale de sus casas", ha comentado Miguel Feliciano.

En la castigada Haití, que aún se duele del paso de Matthew el año pasado, esperan que Irma sea clemente. Pero ha recuperado brío y continúa su violento avance hacia Cuba y EE.UU, donde ya se preparan para evitar sus posibles estragos.