Difícil contener las lágrimas, un cura la violó cuando era menor de edad. Después de tantos años de silencio católico, ahora se pronuncia la Justicia.

"La corte suprema ha destapado pruebas irrefutables de los abusos sexuales de 301 curas", afirma Josh Sapiro, fiscal general de Pensilvania.

Con el alzacuello puesto sí, pero realizando abusos orales, vaginales y anales a una mayoría de preadolescentes. "Nuestra investigación ha identificados a unos 1.000 niños. Aunque la corte suprema cree que en realidad son miles", añade el fiscal.

El informe de la Corte Suprema detalla barbaridades que rozan el sadismo, pero sólo dos sacerdotes pueden ser condenados. El resto de delitos han prescrito. "Siempre tenía sus manos encima", relata una víctima. "Que tu primera erección sea por las manos de un sacerdote es un recuerdo muy difícil", apunta otra de las víctimas.

Una de las diócesis acusadas recurre al perdón de Dios. Disculpas sencillas que contrastan con la estructura de encubrimiento que tenían montada.