Las impactantes imágenes muestran a un hombre sujetando a una niña de muy corta edad que no puede dejar de llorar después de que los gases lacrimógenos lanzados por la policía griega la hayan alcanzado.

No es la única: en el vídeo que acompaña estas líneas, grabado en la frontera turco-griega, se puede ver cómo hombres y mujeres intentan sin éxito abrir los ojos y correr junto a sus familias para huir de los ataques policiales.

Son algunas de las imágenes más duras que deja el drama migratorio que se está viviendo en uno de los puntos de entrada a la Unión Europea. Miles de refugiados se encuentran agolpados en la frontera del país heleno con Turquía después de que Tayyip Erdogan obligara a los ciudadanos sirios que había amparado en sus fronteras a salir del país.

El motivo, según el presidente turco, es que la Unión Europea no ha cumplido su parte del trato: dar fondos al país euroasiático a cambio de que acogiera refugiados. Por eso, Erdogan ha alertado de la salida masiva de ciudadanos sirios de sus fronteras y la llegada de éstos a tierras europeas.

Por este motivo, hace días que la situación en la frontera turco-griega es desoladora: mientras Turquía agolpa a los refugiados en el límite de su territorio, el gobierno heleno no les permite la entrada e intenta dispersarlos con gases lacrimógenos y cañones de agua.

La imagen del drama migratorio se repite así cinco años después: en número, los refugiados que huyen hoy de Siria son casi los mismos que entraron en Europa en 2015.