Belén y Elena llegaron a Lombok huyendo del terremoto de Bali. El temblor más fuerte las pilló dentro de la habitación de su hotel, cerca del epicentro. Cuentan que "empezó a temblar todo, se cayó el aire acondicionado, se cayó el cuarto de baño".

Para ponerse a salvo se tiraron a la piscina y cuando pudieron salir el personal del hotel se había ido. "Nos dejaron solos, desaparecieron", indican.

Huyeron a las colinas por miedo a un tsunami y por la mañana vivieron una nueva odisea. "El aeropuerto era un auténtico caos, pasamos allí 12 horas tirados como perros".

Estas jóvenes de 22 años denuncian la falta de ayuda por parte de la embajada española. "Nadie hacía nada ni nos daban una respuesta. Todos decían que no era una situación de emergencia", señalan.

Ellas aterrizarán mañana en España, pero otros muchos españoles continúan atrapados en Lombok. Con el aeropuerto colapsado, los ferris están sirviendo como alternativa. Un grupo de turistas ha podido llegar a Bali.

El intenso terremoto deja imágenes como la de una mezquita cuyo techo se viene abajo. O como la del rescate de un hombre con vida de entre los escombros.