El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha comunicado la entrada del Ejército sirio en las fronteras de la provincia de Raqqa, la capital de facto de Daesh. Esta actuación en la localidad se origina tras intensos bombardeos de Rusia sobre la fronteriza provincia de Hama que han facilitado a los militares sirios y a las milicias aliadas atravesar el límite de Raqqa.

Por su parte, el Ejército aún no ha hecho comentarios sobre la información proporcionada por el grupo de activistas, con sede en Londres, pero con fuentes en el interior del país. Esta ofensiva sería el tercer gran asalto contra Daesh en los últimos días, tras de una operación militar masiva realizada en Irak y un asalto generalizado de una milicia en Siria que ha contado con apoyo de Estados Unidos.

Esta última, emprendida por rebeldes en el norte de Siria, podría terminar con la liberación de hasta 40.000 civiles que se encuentran actualmente bajo Daesh, según los cálculos de las autoridades norteamericanas. La operación, que contó con apoyo directo de un equipo de efectivos de las fuerzas especiales estadounidenses, fue lanzada en la zona de Manbij, un reducto cercano a la frontera turca y que los yihadistas han usado como base logística.

El primer informe sobre esta operación, ofrecido por un portavoz del Mando Central de Estados Unidos, Patrick Ryder, destaca que, pese a la "fuerte resistencia" con la que se han encontrado los rebeldes, están logrando progresos significativos. Por todo ello, según subraya, se está avanzando "en la dirección correcta".

Además, Ryder ha cifrado en unos 3.000 el número de milicianos árabes que están participando en la operación y ha apuntado que representan un 85% del total de efectivos. Los combatientes restantes, según han reconocido fuentes estadounidenses, procederían de otros grupos como las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas.