El Ejército de Estados Unidos ha lanzado una operación contra el líder de la organización terrorista Estado Islámico, Abú Bakr al Baghdadi en la provincia siria de Idlib (en el noroeste del país), en un ataque que ha matado al hombre más buscado por los servicios de inteligencia internacionales y cabecilla de un grupo que ha extendido durante la última década el horror del yihadismo en ciudades del mundo entero.

El ataque tuvo lugar en un complejo de la localidad de Barisha, cerca de la frontera con Turquía, y fue efectuado este sábado por una unidad de fuerzas especiales nortamericanas del equipo Delta tras varias semanas de vigilancia. Según las fuentes de 'Newsweek', el equipo protagonizó un "breve tiroteo" tras su entrada en el bloque residencial antes de que Al Baghdadi se inmolara al detonar el chaleco explosivo que llevaba puesto.

Dos de sus esposas y sus tres hijos han fallecido también en la explosión. El complejo fue destruido posteriormente por las fuerzas aéreas para impedir que se convirtiera en "un mausoleo para los simpatizantes del yihadismo". Poco después de conocerse esta operación, fuentes oficiales de Irán e Irak, han informado de que Al Baghdadi ha fallecido, versión que ha sido corroborada horas después por el propio presidente de Estados Unidos.

La cadena de televisión oficial iraquí ha anunciado que tiene en su poder imágenes del asalto, que divulgará en las próximas horas. Al Baghdadi, de nacionalidad iraquí, ha liderado Estado Islámico desde 2010, cuando la agrupación terrorista aún era una rama clandestina de Al Qaeda en Irak. Durante mucho tiempo se pensó que se escondía en algún lugar a lo largo de la frontera entre Irak y Siria.

En el apogeo de su poder, Estado Islámico estuvo al mando de un territorio que se extiende desde el norte de Siria, a través de ciudades y pueblos a lo largo de los valles del Tigris y el Eufrates, hasta las afueras de Bagdad, la capital iraquí. No obstante, la caída en 2017 de Mosul y Raqqa, las fortalezas del grupo terrorista en Irak y Siria, respectivamente, despojó a Al Baghdadi de su poder y lo convirtió en un fugitivo.

Los ataques aéreos llevados a cabo por Estados Unidos mataron a la mayoría de los principales lugartenientes de Estado Islámico y, antes de que publicara en abril un mensaje de vídeo en el que aparece el líder terrorista, hubo informes contradictorios sobre si estaba vivo o no. No obstante, a pesar de perder su último territorio significativo, se cree que Estado Islámico tiene células durmientes en todo el mundo, y algunos combatientes operan desde las sombras en el desierto de Siria y en diversas ciudades iraquíes.