Shoko Arai, concejala del pueblo de Kusatsu (Tokio, Japón), ha sido relevada de su cargo después de que el resto de sus compañeros de asamblea promoviesen una votación para destituirla.

Esta decisión llegó tras la acusación de Arai, única mujer asamblearia, al alcalde del pueblo, Nobutada Kuroiwa, afirmando que había sufrido una agresión sexual.

Sus 11 compañeros asamblearios aseguraron que con su acusación, Arai había dañado la reputación de la ciudad, motivo por el que promovieron esta votación para destituirla. En la votación, 2.542 de los 2.835 residentes que votaron lo hicieron a favor de su cese, una abrumadora mayoría que no ha hecho que cesen las denuncias de Arai.

"Desde que hice mi acusación, fui castigada en el consejo y sometida a una tormenta de críticas. ¿Kuroiwa quiere usar su poder para excluir del consejo a personas 'problemáticas' como yo, para expulsarme de la ciudad y destruir mi vida?", se preguntó en una conferencia de prensa ofrecida este viernes.

El alcalde Kuroiwa, de 73 años, ha negado las acusaciones de esta agresión, que habría tenido lugar en 2015, asegurando que éstas no tienen fundamento. "No hubo nada en absoluto, es una mentira y una fabricación", ha declarado.

Kusatsu es una ciudad turística de 6.200 habitantes en la que la mayoría de los miembros del consejo son presidentes hoteleros o de posadas 'ryokan'.

"Muchos de los residentes -del pueblo- son sus empleados. ¿Cómo se va a negar la gente a firmar una petición de cese cuando su jefe o empleador se lo pide? Es un pueblo pequeño y hubiera sido fácil averiguar quién se negó a firmar la petición o quién votó para que permaneciera en mi asiento. No es una exageración decir que toda la ciudad está bajo vigilancia", lamenta Arai.