Israel sufre un goteo de apoyos. La barbarie y el terror instaurado en Gaza por las tropas de Netanyahu están causando numerosas críticas internacionales. La situación en la Franja es una catástrofe humanitaria sin precedentes: más de 18.000 civiles han muerto, casi la mitad de ellos son niños, y las ciudades sufren una destrucción mayor a la de las localidades alemanas durante la Segunda Guerra Mundial.

Quienes han acudido a la Franja para realizar labores de ayuda humanitaria describen un escenario absolutamente desolador. "Nuestros compañeros estaban manchados de sangre y de heces de los niños del miedo que tenían antes de morir", ha explicado Ricardo Martínez, de la Unidad de Emergencias de Médicos sin Fronteras, en una entrevista con la Cadena Ser tras regresar del enclave.

En un durísimo relato, el cooperante internacional ha descrito cómo sus compañeros han tenido que seleccionar "muy cuidadosamente" a quien pueden aún salvar la vida y con quienes "no hay nada más que hacer".

"Vivir en Gaza es un desafío diario. Cuando te saludan los compañeros por la mañana te dicen: 'todo bien, hoy estoy vivo'", ha explicado. Además, ha indicado cuáles son las condiciones de salubridad en un enclave absolutamente asediado, bombardeado y sin apenas recursos sanitarios y alimentarios básicos: "Tienes que tener cuidado de no enfermarte, porque si te enfermas tienes muchas posibilidades de morir por enfermedades infectocontagiosas consecuencia del hacinamiento brutal de personas que hay allí".

Ricardo Martínez ha asegurado que "no hay ayuda humanitaria" y que el agua y la comida que llegan a la franja de Gaza son "totalmente insuficientes".