Líneas y líneas de ciudadanos afganos, desesperados, tratando de salir de su país. Niños, mujeres, hombres. Todos con sus pertenencias encima. Todos deseando huir del infierno.

Podría ser el aeropuerto de Kabul, pero no. La imagen, una y otra vez, se repite a lo largo de las fronteras del país. Sólo que sin ciudadanos extranjeros. Y el límite entre Afganistán y Pakistán no es la excepción. Las imágenes, que puedes ver más arriba, dejan sin palabras.

Mientras el foco mediático está puesto en el aeródromo de la capital afgana, la situación se extiende por todo el país. La desbandada es de tal tamaño que los ciudadanos que se aglomeran en el punto fronterizo entre ambos países se cuentan por miles. El miedo y el caos va en aumento minuto a minuto.

"La situación es terrible"

Uno de los periodistas que está cubriendo lo que sucede desde el terreno y autor del vídeo que acompaña esta información, el afgano Natiq Malikzada, explica en conversación con laSexta.com que "la situación es la misma en otras dos fronteras de Afganistán con Irán y Tayikistán". "En la frontera de Tayikistán, hay en cierta medida una buena gestión por parte de la policía fronteriza de Tayikistán, pero en las de Irán y de Pakistán es terrible".

Las imágenes están grabadas en Spin Buldak, al sudeste del país, una ciudad limítrofe entre Afganistán y Pakistán a casi 500 kilómetros del aeropuerto de Kabul y a unas 12 horas de trayecto en coche. Pero, según Malikzada, la situación es similar en otro de los municipios fronterizos entre ambos países, como en Torkham, al este de Afganistán y bastante próximo a Islamabad.

Innumerable papeleo para poder escapar

Lo cierto es que Irán y Pakistán han cerrado la vía de escape afgana. En el caso de Pakistán, las autoridades reclama en la frontera una serie de documentos que hacen imposible a muchos el poder cruzar. Sin embargo, aun siendo muy complicado, en algunos casos -los menos- sí es posible. Algo que no sucedía hace tan sólo unas horas en Irán.

"La gente estaba esperando para entrar a Irán e Irán no lo permitía, pero, tras días de espera, por causa humanitaria, Irán accedió a que miles de personas cruzaran su frontera", relata Natiq Malikzada a laSexta.com, "pero Pakistán solo permite a los que tienen visa y tarjeta de refugio".

Pakistán y Afganistán, muy afines

El caso del límite entre Pakistán y Afganistán es bastante paradigmático: fue a finales del siglo XIX cuando se estableció la frontera, la conocida como línea Durand, de 2.670 kilómetros de largo. En su creación, el límite marcaba el extremo occidental de India, pero atravesó sin miramientos los territorios ocupados por la etnia pastún, uno de los pueblos tribales más numerosos del mundo, que quedaron divididos.

Así, en la actualidad, los pastunes viven a ambos lados de la frontera entre los dos países, por lo que ambos territorios son muy afines en términos culturales. Pero la línea limítrofe que divide a ambos países está vigilada por la Policía de Fronteras de Pakistán, una milicia bajo la dirección del gobierno de Pakistán.

El cruce fronterizo en Spin Buldak está abierto en la actualidad desde el 21 de agosto, según Reuters, tras el cierre de una semana desde la caída de Kabul ante los talibanes el 15 de agosto. De hecho, si está abierta es porque el gobierno pakistaní entabló dos rondas de negociaciones con los líderes talibanes.

Pakistán ya acoge a 3 millones de afganos

Pero Pakistán, seguido de Irán, ya llevan meses acogiendo a refugiados afganos y la presión migratoria está por las nubes. Por ejemplo, en 2020, Pakistán dio asilo a prácticamente millón y medio de personas. En total, según el prestigioso periódico japonés Nikkei Asia, Pakistán acoge a 3 millones de refugiados afganos, incluidos los registrados y los que cruzan ilegalmente.

Esto coloca al país asiático sólo detrás de Turquía en el top de países de acogida de refugiados en el mundo, que cuenta con 3,7 millones de sirios desplazados por la guerra.

La UE lo deja en manos de Irán y Pakistán a cambio de las ayudas

Dejar a los refugiados afganos en manos de Pakistán e Irán cuenta con el beneplácito -no especificado, eso sí- de la Unión Europea. Así lo dejaron patente en las últimas horas los máximos representantes comunitarios, el presidente del Consejo Europeo y la presidenta de la Comisión Europea, Charles Michel y Ursula Von der Leyen, tras la reunión del G7.

"Queremos mantener los flujos migratorios bajo control y las fronteras de la UE, protegidas", ha aducido Michel. "Trabajaremos con los países de la región, especialmente Irán, Pakistán y los de Asia central, para abordar las diferentes necesidades. Se necesitará protección internacional para las personas perseguidas y vulnerables. Y los Estados miembros de la UE contribuirán a este esfuerzo internacional". ¿Cómo? Mediante ayudas económicas.

En la misma línea se ha mostrado Von der Leyen: "Nuestro principal esfuerzo debe ser asegurar que los desplazados internos afganos reciban ayuda o que la comunidad internacional contribuya a su apoyo en los países vecinos. Por tanto, el apoyo a la región es de suma importancia y seguiremos, por supuesto, trabajando con los países de la región".