El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi es el encargado de formar un Gobierno de emergencia en Italia, después de que los antiguos socios gubernamentales no hayan llegado a un acuerdo para reeditar el anterior Ejecutivo.

El jefe del Estado, Sergio Mattarella, ha convocado al prestigioso economista para intentar poner fin a esta crisis política, causada por el ex primer ministro Matteo Renzi al retirar a su partido, Italia Viva (IV), de la antigua coalición. "Hago un llamamiento a todas las fuerzas políticas del país para que den vida a un Gobierno que no se identifique" con ningún partido y que sea de "alto perfil" para "afrontar la emergencia presente", al referirse a una triple crisis "sanitaria, social y económica", ha expresado Mattarella.

De este modo, Draghi ha aceptado el encargo "con reservas", y su función será la de abrir una ronda de consultas con los partidos políticos para explorar nuevas alternativas.

En su intervención, el presidente de la República ha dicho que la otra opción posible en estos momentos era celebrar elecciones, pero justificó su decisión de no convocarlas porque conllevaría la falta de gobierno en plenitud de sus funciones durante meses cruciales en lalucha contra la pandemia.

La respuesta de la oposición

El exresponsable del BCE ya lleva por delante el 'no' de la principal fuerza en el Parlamento, el Movimiento 5 Estrellas (M5S). El líder del partido, Vito Crimi, ha dejado claro que "no votará por el nacimiento de un gobierno técnico presidido por Mario Draghi", por entender que debe designarse una administración "política", si bien no se descarta que algunos legisladores puedan desmarcarse de la línea general.

El Partido Democrático (PD), actual socio de coalición con el M5S, en cambio, sí parece más abierto, atendiendo "al bien común del país", según su secretario general, Nicola Zingaretti, que no ha llegado a confirmar el 'sí' a Draghi. Tanto el PD como el M5S habían dado su apoyo a Giuseppe Conte y se habían manifestado en contra de convocar elecciones anticipadas.

En cambio, el ex primer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva, ha llamado a "todas las personas de buena voluntad" a aceptar la propuesta de Mattarella, ya que considera que "es el momento de los constructores" para salir de la actual crisis política en el país transalpino, informa la cadena Sky.

Por su parte, el líder de la Liga, Matteo Salvini, ha dicho no tener "prejuicios" con Draghi "si hace suyas nuestras propuestas para relanzar el país estaríamos felices", pero ha planteado que sería "mejor" convocar elecciones y evitar un escenario de interinidad que, en principio, se prolongaría hasta 2023.

Una postura similar ha planteado la líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que si bien ha insistido en su defensa de nuevos comicios, también se ha mostrado dispuesta a trabajar "por el bien de la nación", mientras que Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, sí vería con buenos ojos al antiguo presidente del BCE.

Falta de entendimiento para formar una nueva mayoría

El presidente de la Cámara de los Diputados, Roberto Fico, había recibido el pasado viernes el encargo por parte del jefe del Estado de sondear a los antiguos socios gubernamentales una posible reconciliación para conformar una nueva mayoría: Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el PD (centroizquierda), LeU (izquierda) e IV (centro), de Renzi. A ellos se sumó el recién creado grupo de "Europeístas".

Tras una ronda de consultas entre el sábado y el domingo, estos partidos comenzaron a debatir un programa político común el lunes y continuaron este martes. En los últimos días se venía hablando de un buen clima entre los antiguos socios, pero este martes fuentes cercanas a las conversaciones confirmaron que había cierto pesimismo por las exigencias del partido de Renzi en diferentes materias como Justicia.

El ex primer ministro, que el lunes había confiado en que "al final de la semana" iba a haber un Gobierno, este martes decía en las redes sociales que Italia Viva tomaba "nota del 'no' de los exsocios de gobierno" sobre cuestiones como la justicia, sanidad o educación, y se encomendó a la sabiduría del presidente de la República, Sergio Mattarella.

El jefe político del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Vito Crimi, lamentó que a pesar de que los antiguos socios han hecho "un gran esfuerzo para intentar crear un Gobierno que gestione la pandemia" y los "asuntos urgentes del país", Italia Viva ha obstruido continuamente las conversaciones. También la senadora del partido gubernamental Libres e Iguales (LeU) Loredana De Petris culpó a Renzi de la ruptura: "Hemos hecho un gran esfuerzo en estos días para llegar a un acuerdo y pensábamos que realmente iban a darse las condiciones para seguir adelante, pero la postura de Italia Viva no se ha movido".