Nunca antes había ocurrido

Dos ONG israelíes acusan abiertamente a Israel de estar cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza

¿Por qué es importante? B'Tselem y Médicos por los Derechos Humanos denuncian que la campaña militar en Gaza no es solo una represalia contra Hamás, sino un intento sistemático de destruir a la población palestina. Alertan del colapso sanitario, la desnutrición infantil y la deshumanización institucional como pilares de esta ofensiva.

Conferencia de prensa de Médicos por los Derechos Humanos Israel y B'Tselem,en la que se presenta el 'Nuestro Genocidio', que califica la guerra en Gaza de genocidio
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Dos ONG israelíes han cruzado una línea que, hasta ahora, nadie se había atrevido a pisar en su país: han acusado directamente al Gobierno de Israel de estar cometiendo un genocidio en Gaza. Lo han hecho este lunes, en dos informes demoledores en los que denuncian matanzas, destrucción deliberada del sistema sanitario y el uso del hambre como arma de guerra.

Uno de los textos, publicado por la veterana organización B'Tselem, se titula con solo dos palabras: 'Nuestro genocidio'. Un nombre claro, durísimo, que refleja la gravedad de lo que denuncian. En paralelo, Médicos por los Derechos Humanos (PHR, por sus siglas en inglés) ha sacado otro informe que llega a la misma conclusión: Israel, aseguran, está intentando borrar del mapa a la población palestina de Gaza.

El informe de B'Tselem, de 88 páginas, lo deja claro desde el principio: lo que ocurre en Gaza no es una simple respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023. Es, dicen, la fase más extrema de un sistema que lleva más de 70 años discriminando y oprimiendo a los palestinos. Y ya ha llegado al punto de la "aniquilación".

El documento incluye testimonios terribles: familias enteras arrasadas por tanques, civiles calcinados en bombardeos, gente muriendo de hambreY apunta no solo al Gobierno israelí, sino también a la sociedad que lo respalda y a la comunidad internacional, que no ha hecho nada por detener esta masacre.

El hambre, otra forma de matar

El informe de PHR se centra en la salud —o más bien en la falta total de ella en Gaza—. Asegura que Israel ha destruido a propósito el sistema sanitario y que esa destrucción no es casual ni inevitable: forma parte de una estrategia para acabar con la población. Más de 30 de los 36 hospitales del enclave están fuera de servicio. Al menos 1.800 sanitarios han sido asesinados o arrestados. Y cada día mueren personas por desnutrición.

Según los datos recogidos, el 92% de los niños de entre seis meses y dos años no recibe suficiente comida. Al menos 85 niños han muerto ya de hambre, y cientos de miles de personas viven desplazadas, sin acceso a tratamientos básicos como diálisis, atención materna o tratamientos contra el cáncer.

Las dos ONG han tomado una decisión difícil: llamar a esto genocidio. Un término que, en Israel, tiene un peso enorme por el recuerdo del Holocausto. Pero precisamente por eso, dicen, es más urgente que nunca "llamar a las cosas por su nombre".

Ambas organizaciones advierten que lo peor aún puede estar por venir. No solo en Gaza. También en Cisjordania, donde la violencia, los desplazamientos forzosos y la represión se han disparado en los últimos meses. Y culpan directamente a la comunidad internacional de mirar hacia otro lado.

"La destrucción sistemática de Gaza y la violencia creciente en Cisjordania no habrían sido posibles sin la pasividad de los gobiernos de Europa y Estados Unidos", dice B'Tselem. "Muchos, además, han seguido enviando armas", añaden.

B'Tselem denuncia además que, tras el ataque de Hamás, en el que murieron 1.218 personas (la mayoría civiles), Israel ha cruzado líneas rojas. Y lo ha hecho con el apoyo de gran parte de su población. Un sondeo del diario 'Haaretz' reveló en mayo que el 82% de los israelíes judíos apoyaría expulsar a todos los palestinos de Gaza.

Las ONG acusan al Estado israelí de haber construido un régimen de apartheid, de usar violencia sistemática con total impunidad y de deshumanizar a los palestinos, hasta convertirlos en una "amenaza existencial". Eso, dicen, ha creado el terreno perfecto para que ocurra un genocidio.