Venecia es conocida mundialmente como una de las ciudades más bellas del mundo. Aunque se diría que es un destino ideal para cualquiera, parece que no así para los médicos de familia: tras una oleada de jubilaciones, en la ciudad italiana solo quedan 44, muchos cerca de retirarse también, para atender a los 50.000 habitantes del casco histórico y a los 20 millones de turistas anuales.

"Hemos estado dos meses sin médico", denunciaba una paciente. El médico de Atención Primaria Cristiano Samueli explica que "no encuentran sustitutos" porque esta es una ciudad complicada para trabajar, en la que "se camina muchísimo, no se pueden usar vehículos y hay que llevar todo a cuestas".

Ante esta crítica situación, las autoridades han tirado de belleza monumental, incentivos como alojamiento y cursos de idiomas y marketing viral para tratar de atraer a nuevos facultativos, bajo el reclamo: "Doctora, doctor, la ciudad más bella del mundo os espera".

Una iniciativa que ha alcanzando un inusitado éxito, con decenas de candidaturas en menos de un mes, 245 en total, la mayoría extranjeras. ¿Quiénes han acudido en masa a la llamada de Venecia? Iraníes, sobre todo doctoras, seducidas por la promesa de poder hacer carrera en libertad y tener casa, sueldo y acogida para ellas y sus familias.

Tan bien ha funcionado la iniciativa veneciana para atraer personal sanitario que ahora se ofrecen a exportarla doquiera que falten médicos.