El sistema de salud en Afganistan está a un paso del colapso. La llegada de los talibanes socavó un sistema ya de por si frágil, con la hambruna amenazando a los más pequeños.

En Herat, por ejemplo, los ingresos en la unidad de nutrición de Médicos Sin Fronteras han aumentando un 40% en los últimos cuatro meses, con imágenes tan duras como las que podemos ver en el vídeo.

Cuesta aguantar la mirada a una realidad durísima en Afganistán, que, con el foco mediático ya fuera, deja a casi 24 millones de personas en el país, el 60% de su población, pasando hambre.

Una cifra que se ha disparado tras la subida de los talibanes al poder. No hay ayuda internacional, muchos médicos han huído aterrorizados, no hay recursos y los centros médicos o cierran o trabajan a medio gas.

Hay familias que recorren más de 100 kilómetros para encontrar a un hospital que puedan salvar a sus hijos. Niños que no entienden de guerras, ni de sanciones, pero que serán los primeros en caer si nadie lo impide.