La celebración navideña en el Parlamento ruso ha estado marcada por la deshumanización de las víctimas de la guerra en Ucrania. El diputado ruso Oleg Nilov ha bromeado sobre enviar misiles a un niño ucraniano que quería un cohete.

Tras coger una de las cartas del árbol de Navidad, lee los deseos navideños de un niño ucraniano: "El niño Vova de Kiev sueña con cohetes. Vova, recibirás muchos misiles", espeta con una leve sonrisa en el rostro.

Incluso uno de sus asesores se llevó las manos a la cabeza al escuchar el macabro chascarrillo, que tuvo que matizar apenas instantes después de decirlo: "Es broma", añadió.

Este mismo jueves, las autoridades ucranianas han denunciado la existencia de cámaras de tortura para menores en Jersón (sur del país), la región aún parcialmente bajo control de las tropas rusas, en las que se practicó presión psicológica y física hacia esas víctimas.

En total, se han localizado diez de estas cámaras, que eran similares a las utilizadas para prisioneros adultos, donde apenas se daba agua a los menores cada dos días y prácticamente nada que comer, de acuerdo con esa fuente.

La ONU estima que más de 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, mientras que la cifra de refugiados supera los 7,8 millones y la de desplazados internos los 6,5 millones. Además, 1,5 millones de niños pueden sufrir problemas de salud mental. La oficina que dirige Turk tiene constancia de más de 6.700 civiles fallecidos desde que comenzó la invasión y el Alto Comisionado ha explicado este jueves que sólo en las regiones de Kiev, Chernígov y Sumi se han confirmado 441 muertes -28 de ellos niños- hasta el 6 de abril, cuando ya algunas zonas fueron accesibles tras las retiradas de las tropas rusas.