La invasión de Rusia en Ucrania, además de las incontables pérdidas a nivel humano, está suponiendo una auténtica catástrofe a nivel económico para el país. El presidente Volodímir Zelenski asegura que las tropas de Putin deben pagar por los crímenes de guerra que están cometiendo.
"El mal debe ser respondido y saber que será castigado", pidió. El último informe acerca de la devastación que vive Ucrania deja claro el impacto que tendrá que asumir la economía del país, con una larga lista de costes que Zelenski pide a sus aliados que les ayuden a asumir.
Solo en infraesturas, el coste alcanza los 91.000 millones de euros. Los tanques rusos han disparado contra edificios residenciales, lo que ha supuesto más de 32.000 millones en pérdidas. También han bombardeado fábricas, aeropuertos civiles y las carreteras, estás últimas con un coste superior a los 28.000 millones de euros.
Para Zelenski, el dinero de la reconstrucción debe de salir de un solo lugar: los fondos y propiedades rusos bajo la jurisdicción de los países socios deben ser incautados o congelados. Los activos rusos congelados en occidente alcanzan los 300.000 millones de dólares, algo que la Unión Europea cree que podría ser una opción viable, aunque los grandes expertos en economía internacional no lo ven claro.
Hablan de una decisión legalmente cuestionable, al no existir una declaración de guerra entre ambas partes, y muy arriesgada, porque podría poner en jaque el sistema financiero mundial.
La respuesta de Estados Unidos
El Congreso de Estados Unidos aprobó este jueves finalmente el envío a Ucrania de un paquete de asistencia económica, militar y humanitaria valorado en 40.000 millones de dólares (37.700 millones de euros), después de que la última votación en el Senado se saldara con 86 votos a favor frente a once en contra.
La votación tuvo lugar con una semana de retraso de lo esperado, después de que la Cámara de Representantes aprobara por entonces el proyecto debido a que el senador republicano y reconocido aislacionista fiscal Rand Paul, pusiera trabas al asunto, prolongando así el proceso.
"No podemos salvar a Ucrania condenando la economía estadounidense", ha protestado Paul, quien intentó negociar la creación dentro del proyecto de ley de la figura de un inspector especial para supervisar los gastos en Ucrania, al igual que sucedió con Afganistán en la última década, cuenta la NBC.