Ha sido un acto sobrio. La ministra saliente ha estado acompañada por su jefa y principal valedora, Ángela Merkel, que la ha apoyado hasta el final y ha aceptado su renuncia con "dolor de corazón".
Ha dimitido después de que la universidad alemana le despojara de su doctorado tras comprobarse que copió su tesis, aunque ella lo sigue negando y ya es la segunda vez que Merkel acepta la renuncia de uno de sus ministros tras demostrarse que había copiado su tesis.
Hace dos años el entonces ministro de defensa y delfín de la canciller dimitió por el mismo escándalo. También negó el plagio, pero antepuso la ética antes que aferrarse al cargo.
En Alemania la presión social es tan fuerte que obliga a los cargos públicos a dimitir y continuar su defensa desde el ámbito privado.