Las imágenes de portada están provocando una oleada de críticas en Grecia: un hombre fue empujado en la rampa de acceso de un ferry y tirado al agua. Todo empezó cuando el hombre llegó a la rampa justo antes de que el barco partiese. Pero los empleados no le dejaron subir. Él se negó a quedarse en tierra y lo intentó de nuevo. Pero uno de los trabajadores empezó a forcejear con él mientras el buque empezó a zarpar del puerto de Pireo, en Atenas.
El hombre terminó en el mar. El barco partió sin ningún tipo de miramientos. Algunos viajeros comenzaron a increpar al capitán para que interviniera y él le cerró la puerta en la cara. Nadie le auxilió y Antonis Kariotis, de 36 años, acabó muriendo ahogado por el remolino de la turbina del ferry, el mismo que debía llevarlo de vuelta a casa.
El vídeo del incidente se viralizó en redes sociales y, gracias a ello, las autoridades portuarias ordenaron al ferry que diera la vuelta. Nada más llegar a puerto, el capitán y otros tres miembros de la tripulación fueron detenidos. Se enfrentan a cargos de homicidio involuntario y por violación del Derecho Marítimo, que establece la obligación legal y moral de socorrer a los navegantes en apuros.
El primer ministro griego ha tildado de vergonzoso lo ocurrido mientras miembros del Gobierno heleno elevan los calificativos a acto criminal. Lo sucedido ha generado una ola de indignación en el país que se han materializado en protestas y escraches a la compañía naviera que, por cierto, ha sido retirada de la línea que opera en Pireo.