Proyectiles no detonados
El desminado de Gaza, otro de los objetivos en la Franja: al menos un 10% de las bombas lanzadas por Israel aún no han explotado
Los detalles Las zonas postconflicto están llenas de proyectiles que siguen suponiendo un riesgo para la población israelí. Por ello, los expertos están marcando dónde están ubicados para poder retirarlos.

Resumen IA supervisado
Una familia en Gaza vive con el temor de tener un explosivo sin detonar en su salón, un peligro latente que ilustra el riesgo constante en la región. De los más de 70.000 toneladas de explosivos lanzados por Israel sobre Gaza, alrededor del 10% no han explotado, representando una amenaza significativa para la población. En Gaza, cada metro cuadrado contiene más de 200 kilogramos de escombros, entre los cuales se ocultan explosivos sin detonar. Los expertos en desminado inspeccionan y marcan las áreas peligrosas, un proceso complejo y lento. Hasta ahora, al menos 300 personas han muerto por artefactos no explotados, y el desminado completo de la Franja llevará décadas.
* Resumen supervisado por periodistas.
Imagina vivir con una bomba sin explotar en pleno salón. Así es como se encuentra una familia gazatí, con un explosivo sin detonar que atravesó las paredes de su propia vivienda, derrumbando varios tabiques, pero que no se activó.
De los más de 70.000 toneladas de explosivos que Israel ha lanzado sobre Gaza, sobre el 10% de los proyectiles están sin explotar, lo que supone todavía un enorme riesgo para la población. Cada metro cuadrado en Gaza contiene más de 200 kilogramos de escombros y ahí, ocultos, hay también restos de explosivos que todavía no han estallado.
Por ello, lo primero que hacen los expertos en desminado es inspeccionar y marcar el terreno porque las zonas post conflicto están llenas de estas señales: blanco seguro y rojo peligro. Con ello, advierten por ejemplo de minas antipersona, esas en las que, si colocas el pie y lo levantas, estás muerto.
Sin embargo, limpiar todo el terreno de la Franja no es sencillo, ni tampoco rápido. Primero hay que localizar la amenaza y, en muchas ocasiones, lo que hacen los expertos es preguntar al personal que vive ahí, los civiles. Una vez localizada, toca acordonar y empezar a trabajar, de forma manual, para desactivar los explosivos con la ayuda de detectores.
Para evitar confusiones, las señales son universales. Las coloca Naciones Unidas, pero hay veces que no hay tiempo y se utiliza cualquier cosa para avisar del peligro.
En Gaza ya han muerto al menos 300 personas por artefactos no explotados y el desminado de la zona es un trabajo que llevará décadas
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