La estatua de Mao Zedong sentado de 37 metros de altura, ha sido demolida por carecer de la aprobación de las autoridades, días después de que se generara la pólemica por su construcción. La estatua, que no sólo llamó la atención por su tamaño, sino también por su intenso color dorado fue levantada en el municipio de Tongxu, provincia de Henan, una zona rural al este de China y una de las más pobres del país.

La escultura, que había sido levantada en medio de un campo, había costado tres millones de yuanes (algo más de  400.000 euros) y, a diferencia de los muchos otros cientos de monumentos dedicados al Gran Timonel en este país, no era una iniciativa pública, sino que fue financiada con aportaciones de empresarios locales nostálgicos del maoísmo.

Su construcción había durado nueve meses. Con este derribo, la estatua más alta dedicada a Mao vuelve a ser un busto de 32 metros erigido en la ciudad de Changsha, que retrata al líder cuando tenía unos 20 años.

Mao sigue siendo venerado en China como el fundador del actual régimen sin embargo, los actuales líderes chinos con el presidente Xi Jinping a la cabeza, están intentando reducir en la medida de lo posible los homenajes al maoísmo por ser también una época de triste recuerdo, con grandes dramas como la Revolución Cultural o las hambrunas del Gran Salto Adelante.