Todas las semanas son importantes en el juicio por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, decían los padres de Daniel Sancho a su llegada al tribunal de Koh Samui, pero la que ha arrancado este martes en lo judicial es especial: es en la que Daniel Sancho empezará de verdad a defenderse. Llega el turno de los testimonios a su favor.

Será este miércoles o jueves cuando el chef español acusado de asesinato declare. Después, será el turno de su padre, el actor Rodolfo Sancho. Pero antes, entraremos en la recta final de la acusación.

Últimos testigos de la acusación antes del turno de la defensa

Este martes ha testificado un testigo clave: el veterano teniente coronel que le interrogó durante dos días (5 y 6 de agosto) después de que Sancho denunciara la desaparición del cirujano Arrieta (la denuncia la presentó el 3 de agosto). También han declarado dos forenses más que no han podido determinar que las fracturas en la cabeza de Edwin fueran la causa de la muerte. Uno de ellos, además, fue el que revisó las heridas, los cortes, que Daniel tenía cuando acudió a comisaría.

La nube de reporteros a la entrada —y la salida— de los juzgados le han preguntado al actor por las informaciones que hablan de que habría aparecido el tórax del colombiano descuartizado. Él ha respondido que no sabe nada.

A vueltas con un tórax descuartizado

Quien sí dice saber es el abogado español Juango Ospina, último testigo estrella de la acusación, ya preparado para este miércoles. "Es absolutamente y rotundamente falso, nunca ha aparecido el tórax", ha afirmado tajante, apuntando a una presunta campaña de desinformación.

Además, como portavoz de la familia Arrieta (acusación particular), insiste en tratar de desmontar la estrategia de la defensa, que pivota sobre supuestas irregularidades de la Policía tailandesa. "Consideramos que han hecho una labor profesional muy ágil, de esclarecer un crimen en apenas semanas. Hicieron un seguimiento de cámaras de seguridad que ya me gustaría a mí que en nuestro país se hiciera con tal precisión. Desde aquí mostrar mi agradecimiento a la policía tailandesa por esclarecer este crimen de manera tan ágil", ha apuntado Ospina a las puertas del tribunal, que ha confirmado la indemnización de más de 400.000€ que piden.

Sancho ha vuelto a tener intérprete del tailandés al español, después de que el acusado renunciara a la traducción por videoconferencia en la primera semana del juicio por las dificultades que acarreaba.

Pena máxima: la muerte

Las Fuerzas de Seguridad de Tailandia estuvieron dos meses investigando el caso; una investigación que involucró a unas 30 personas —entre agentes, investigadores, forenses y buzos— y a una veintena de testigos. El informe policial, facilitado el 2 de octubre, concluyó que Sancho había asesinado de manera premeditada a Arrieta en la habitación de hotel del español en Phangan y presentó como prueba principal la compra de varios cuchillos y una sierra el día previo al supuesto crimen.

La Fiscalía acusa a Sancho de asesinato premeditado, ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena. Ocho meses después de que tuviera lugar el supuesto crimen, Sancho se enfrena a una condena máxima de pena de muerte.