Cerca de 20.000 agentes de policía de España y Francia vigilan la cumbre del G7 en Biarritz. La localidad está dividida en dos zonas: azul y Roja. A esta última, donde se encuentra el hotel donde se celebra la cumbre sólo se puede entrar andando y debidamente acreditado.

Incluso la playa de uno de los lugares más turísticos de la costa francesa ha sido desalojada por seguridad, no solo Biarritz, hay controles en todo el País Vasco Francés, Bayona está acorazado. Hay registros en la frontera de Irún a Hendaya, por ahí ha transcurrido la manifestación y clausura de de la contracumbre.

Más de un centenar de organizaciones sociales, sindicales y políticas reunidas como protesta. "Aquí, donde se van a reunir las siete personas que más capacidad tienen de decidir en el mundo, vale la pena que haya gente diciendo 'no' a su forma de actuar", explica una mujer.

Critican la fuerte presencia policial. "Está prevista para intentar que no haya movilizaciones, pero no lo van a conseguir", explica otra mujer.

Tras los 17 detenidos y los cuatro policías heridos, las horas previas han transcurrido pacíficamente.

Macron defiende el acuerdo en el inicio del G7

En el inicio de la cumbre, Macron ha pedido rebajar las tensiones, todo en plena guerra comercial entre EEUU y China: "Llegamos divididos, creo que nuestro principal objetivo es sabernos coordinar, ser útiles y actuar juntos".