La crisis en el mar Rojo está pasando factura al sector del automóvil, cuyas consecuencias no tardarán en notar los bolsillos de la población. Ya se están registrando problemas en la recepción de piezas en distintas marcas con fábricas en Europa. Entre ellas, el fabricante de automóviles Suzuki, así como Tesla y Volvo Car, han decidido suspender su producción durante una semana debido a interrupciones en la cadena de suministro causadas por los ataques de los rebeldes hutíes del Yemen a barcos en el mar Rojo.

En concreto, los rebeldes hutíes han estado perpetrando ataques a buques comerciales propiedad de compañías israelíes o que creen que están vinculados a Israel, y estas compañías han sufrido las ofensivas con retrasos en la entrega de motores y otras piezas, así como la escasez de las mismas. Lo cierto es que la mayor perturbación en la cadena de suministro desde la pandemia de COVID-19 podría descarrilar la recuperación económica global, mientras que los precios más altos del flete y del petróleo podrían reavivar la inflación.

El canal representa aproximadamente el 15% del tráfico global de contenedores. "Los conflictos armados en el Mar Rojo y los cambios asociados en las rutas de transporte entre Europa y Asia están afectando la producción", ha indicado Tesla en un comunicado, añadiendo que "los mayores tiempos de transporte están creando una brecha en las cadenas de suministro". Por ello, muchas empresas, incluyendo Geely, la empresa sueca de muebles IKEA o la minorista británica Next, entre otras, también han advertido sobre posibles retrasos en las entregas de mercancías.

Unos problemas que están llegando a España. La fábrica de Michelin en Vitoria-Gasteiz realizará entre el 13 y el 14 de enero el primero de los dos paros de producción anunciados por la falta de caucho derivada de los problemas en el Mar Rojo. A estas paradas, que según las estimaciones sindicales afectarán a unos 920 trabajadores, se les suman las anunciadas por el mismo motivo para el fin de semana del 20 y 21 de enero. Esta situación de crisis en el mar Rojo ha generado, en el caso concreto de Michelin, una falta de caucho, materia prima esencial para la fabricación de neumáticos.

Además de los problemas logísticos que dificultan el comercio, los bajos niveles de agua debido a la sequía han reducido los cruces del Canal de Panamá, otra ruta comercial marítima clave. Por eso, gigantes del envío como Maersk y Hapag-Lloyd han estado enviando sus barcos en viajes más largos y costosos alrededor de África. El viernes pasado, Maersk señaló que el cambio de rutan añade aproximadamente diez días y alrededor de un millón de dólares en combustible adicional a un viaje, y se podría mantener por un tiempo prolongado.

Empresas como Stellantis aseguran que, por el momento, no han sufrido "casi ningún impacto" en la fabricación y ha utilizado el transporte aéreo en casos limitados. De la misma forma, BMW, Volkswagen y Renault dijeron hace unos días que la producción no se ha visto afectada. Pero los fabricantes de automóviles de la UE dependen en gran medida de Asia para los suministros de vehículos eléctricos. La región representó el 67% de las importaciones de la UE de componentes para baterías de vehículos eléctricos en los 12 meses hasta el 30 de septiembre y poco más de dos tercios de los envíos de baterías de iones de litio.