Coy Mathis nació con genitales masculinos, pero desde los 18 meses quedó claro que era una niña y como tal, en el colegio Coy iba al cuarto de baño de las niñas. Hasta que llegó un nuevo director y se lo prohibió. Era 2013 y sus padres iniciaron entonces una batalla legal contra el colegio y ganaron.

Coy y su familia fueron pioneros. Hoy, miles de personas en todo Estados Unidos pelean por el mismo derecho. Varios estados prohíben que los estudiantes acudan al baño o al vestuario del género con el que se identifican y les obligan a utilizar el que corresponde a su género biológico.

La administración Obama ha tomado partido, hace dos semanas exigió a escuelas e institutos que permitan a los alumnos escoger el cuarto de baño de su preferencia. Ahora 11 estados se querellan contra el Gobierno al que acusan de estar realizando un "experimento social" y de abuso de autoridad. "El Estado de Texas ha presentado una demanda judicial contra el Departamento de Educación", informaba el Fiscal General de Texas.

Para el Gobierno se trata de una cuestión de derechos civiles porque, dicen, estas normas escolares son discriminatorias. Ellos mismos han instalado en la Casa Blanca un baño neutro, al que pueden acceder todos los géneros. Una iniciativa que también han comenzado a aplicar algunos centros escolares, como un instituto de Seattle que ya tiene el suyo.