Un nuevo estudio observacional ha identificado por primera vez los factores de riesgo clave asociados con un mayor riesgo de muerte por el nuevo coronavirus (covid-19), entre los que se encuentran contar con una edad avanzada, mostrar signos de sepsis y tener problemas de coagulación de la sangre en el momento de ingreso al hospital.

Según el trabajo, realizado con 191 pacientes con Covid-19 de dos hospitales en Wuhan, China, y publicado en la revista en The Lancet, concretamente ser de edad avanzada, tener una alta puntuación en la escala SOFA (mide el estado del paciente durante su ingreso en unidades de cuidados intensivos) y tener valores altos en la prueba del dímero D que busca problemas de coagulación sanguínea son factores que podrían ayudar a los clínicos a identificar en etapas tempranas a los pacientes con peor pronóstico.

La media de edad de los fallecidos fue de 69 años frente a los 52 años de las personas que fueron dadas de alta. Durante el estudio, los investigadores chinos compararon los registros clínicos, los datos de tratamiento, los resultados de laboratorio y los datos demográficos entre las personas que sobrevivieron y las que no, detalla la revista en una nota.

Así, observaron el curso clínico de los síntomas, cómo se va excretando (expulsando) el virus y los cambios en los resultados de laboratorio durante la hospitalización -por ejemplo, análisis de sangre, radiografías de tórax y tomografías computarizadas-.

Debilitamiento del sistema inmunológico

"La edad avanzada, los signos de sepsis en el momento del ingreso o enfermedades subyacentes como la hipertensión arterial y la diabetes fueron factores importantes en la muerte de estos pacientes", explica Zhibo Liu, del Hospital Jinyintan de China. Los peores resultados -agrega este investigador- en las personas de edad pueden deberse, en parte, al debilitamiento del sistema inmunológico relacionado con la edad y al aumento de la inflamación que podría promover la replicación viral y respuestas más prolongadas a la inflamación, causando daños duraderos al corazón, el cerebro y otros órganos.

El estudio describe el cuadro completo de la progresión del coronavirus y concluye que la duración media de la fiebre fue en los pacientes de unos 12 días en aquellos que sobrevivieron, un período similar en los fallecidos. Sin embargo, la tos puede durar mucho tiempo: el 45 % de los pacientes aún tenían la tos al ser dado de alta, según este estudio que también pone de manifiesto que en los supervivientes la disnea -falta de aliento- cesó después de unos 13 días, pero duró hasta la muerte en los que no sobrevivieron a la enfermedad del Covid-19.

En relación a la excreción del virus, el trabajo indica que la duración media de esta fue de 20 días en los supervivientes y que el coronavirus fue detectable hasta el final en las personas fallecidas; la excreción prolongada del virus sugiere que los pacientes todavía pueden ser capaces de propagar el Covid-19. Los autores señalan que la interpretación de sus conclusiones podría ser limitada, entre otros, por el tamaño de la muestra del estudio y que no todas las pruebas, como la del dímero D, se hicieron a todos los pacientes.

No obstante, recomiendan no dar el alta a los pacientes hasta que la prueba del coronavirus no sea negativa. "Recomendamos que se requieran pruebas negativas para COVID-19 antes de que los pacientes sean dados de alta del hospital", explica el coautor principal, el profesor Bin Cao del Hospital de Amistad China-Japón y Capital Medical Universidad de China, que señala que "en la gripe grave, el tratamiento viral retrasado prolonga la duración de la eliminación del virus, y juntos estos factores ponen a los pacientes infectados en riesgo de morir. Del mismo modo, el tratamiento antiviral eficaz puede mejorar los resultados en COVID-19, aunque en nuestro estudio no observamos un acortamiento de la duración de la eliminación del virus después del tratamiento antiviral".