Numerosos hoteles de Ámsterdam están llenos desde el anunció de la reina, y negocios clave del país aprovechan para venderse al mundo. Aunque el gasto previsto para esta celebración ascienda a los once millones de euros, para el país holandés será un auténtico negocio gracias a los muchos visitantes que acudirán a la coronación de Guillermo.

La ceremonia será retrasmitida, y se espera que los ingresos sean igual o superiores a los que se obtuvieron en la boda de los príncipes Guillermo y Catalina en Londres, celebración con la que se ingresó casi 90 millones de euros.

Los floristas holandeses, proveedores de medio mundo, también aprovechan la ocasión para hacer campaña de imagen. Han rodado un anuncio hasta en cuatro idiomas para promocionar la ceremonia en medio mundo. Por lo que el objetivo es vender la "marca Holanda" por todos los medios, para que esta ceremonia traiga una buena cifra de ingresos.

Se espera que el tiempo no perjudique esta coronación como ya ocurriera en España en la boda del príncipe Felipe, que acabó vendiendo menos de lo que se tenía previsto.