Corea del Norte ha insistido en que seguirá adelante con su programa nuclear aunque la comunidad internacional le imponga más sanciones, y ha acusado a Estados Unidos de ser el "principal culpable de la escalada de tensión y la amenaza nuclear".

"Estados Unidos está terriblemente equivocado si cree que puede asustar o persuadir a la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial de Corea del Norte) hablando de que 'todas las opciones' están sobre la mesa y de imponer las peores sanciones y presión" sobre el país, dijo el Ministerio norcoreano de Exteriores.

El comentario de la Cancillería norcoreana, publicado por la agencia estatal de noticias KCNA, habla de la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU y la petición de la embajadora estadounidense, Nikki Haley, de adoptar una nueva y más fuerte resolución contra Corea del Norte.

El embargo de petróleo es una de las nuevas medidas propuestas por los integrantes del Consejo, que ya ha impuesto al país sanciones destinadas a limitar la entrada de fondos potencialmente destinados al desarrollo armamentístico.

En este sentido, Pyongyang insistió en la inutilidad de nuevas sanciones y afirmó que el país asiático responderá "a las atroces sanciones y la presión de EEUU con una propia contraofensiva", y que Washington "será totalmente responsable de todas las consecuencias catastróficas que sigan".

Con respecto a su último ensayo nuclear del pasado domingo, en el que aseguró haber probado una bomba H (de hidrógeno, más potente que una bomba atómica convencional) que puede instalar en un misil intercontinental, Corea del Norte dijo que "nadie tiene derecho a criticar nuestro test" y lo calificó como un procedimiento "rutinario e indispensable" en su desarrollo.