La última provocación norcoreana habría tenido una potencia de entre 20 y 30 kilotones, según expertos estadounidenses. La prueba ha sido similar a la bomba atómica de Nagasaki y superior a la de Hiroshima.

"Hasta dentro de unos días no se puede determinar si es una explosión nuclear o una explosión química. Lo registramos igual que un terremoto, pero no hay ondas que penetren mucho. Una estación de Navarra ha registrado la explosión", explica Emilio Carreño, Director de la Red Sísmica Española.

La detonación ha provocado temblores equivalentes a un terremoto de magnitud superior a 5, lo que ha puesto a su vecino, Corea del Sur, en alerta sísmica.

Es la quinta, y mayor, prueba nuclear de Corea del Norte, que la ha llevado a cabo haciendo caso omiso a los avisos internacionales. Todo para gloria de su líder, empeñado en mostrarle al mundo que puede miniaturizar cabezas nucleares hasta montarlas en misiles balísticos de medio alcance.

Se trata de una preocupante y belicosa demostración que ya ha recibido la condena internacional unánime: De Europa a Rusia, pasando por EE.UU. Obama advierte de "duras consecuencias". Hasta Pekín, prácticamente el único aliado de Pyongyang, se opone a estos ensayos.

Lo más cercanos están especialmente indignados. Japón advierte de "la amenaza inaceptable" para la paz y la seguridad mundiales en la que se está convirtiendo el Régimen liderado por Kim Jong Un, un "maníaco imprudente" en palabras del presidente de Corea del Sur.