En Reino Unido comienzan a notar intensamente el aumento de precios que también están viviendo muchos países. En las últimas horas, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha compartido un duro tuit en el que expresaba el difícil momento que están viviendo.
"Nos enfrentamos a un invierno en el que para millones de personas no se trata de elegir entre la calefacción o la comida, sino de no poder permitirse ninguna de las dos cosas", indicaba a través de sus redes sociales. Un mensaje en el que aprovechaba para pedir al Gobierno británico que ayude a los más desfavorecidos ante la subida de la energía y los alimentos.
El último dato de inflación de Reino Unido, el de julio, es del 10.1%, el nivel más alto en más de 40 años. Una difícil situación económica que ha provocado que cada vez sean más los trabajadores que están en huelga. Ese es el caso, por ejemplo, de los estibadores de Felixstowe, el mayor puerto británico, que han comenzado un parón que durará hasta el próximo domingo, sumándose así a las huelgas de trabajadores ferroviarios y de correos, y a las protestas populares que se quejan de la pérdida de poder adquisitivo en Reino Unido.
Luis Ángel Hierro, catedrático de economía de la Universidad de Sevilla, comenta que "la solución la tiene en sus manos el Gobierno británico y consiste en intervenir el mercado".
De momento, las facturas de electricidad impagadas en el Reino Unido se han triplicado en el último año hasta alcanzar la cifra récord de 1.300 millones de libras, lo que ha provocado que se cree un movimiento, que bajo el lema 'No Pagues', pide a los británicos que no abonen sus recibos.
Sin embargo, hay que recordar que este es un problema que no afecta solo a Reino Unido, y es que los precios están disparados también en toda la Unión Europea por dos grandes causas: la subida del precio del petróleo y los posibles cortes del gas ruso.
Una situación que sobre todo se está notando en el precio de la luz. Una mirada al mapa de la electricidad en Europa muestra cómo los precios son hasta cuatro veces superiores a los de España y Portugal, gracias a la llamada excepción ibérica.