Los cientos de personas se concentraron pacíficamente en la salida sur de Managua, con banderas de Nicaragua, camisas alusivas a los estudiantes asesinados y carteles con expresiones de repudio al Gobierno.

Velas aromáticas fueron encendidas en la concentración, mientras otras se colocaron en altares y cruces improvisadas que fueron adornadas con flores y con los nombres de los jóvenes fallecidos durante los enfrentamientos. Algunas personas lloraban, otras gritaban enérgicamente "justicia", mientras los conductores de vehículos o motos hacían sonar sus bocinas y alzaban las banderas de Nicaragua en apoyo a los manifestantes.

"Esta crisis no inició el 18 de abril, es el resultado de una serie de demandas que no han sido escuchadas por el Gobierno", anunciaba a la multitud a través de megáfonos la manifestante Arana Mcguire. Las protestas, que comenzaron el miércoles de la semana pasada, estallaron en principio por las anunciadas reformas de la seguridad social, que finalmente fueron derogadas por el presidente.

Las muertes, entre las que se cuentan dos policías, un periodista y un adolescente, tuvieron lugar cuando miles de personas fueron reprimidas durante las protestas en toda Nicaragua. La Policía informó de que al menos 121 personas resultaron heridas durante las batallas. A pesar de que los enfrentamientos disminuyeron, ahora la población exige la renuncia de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta, Rosario Murillo, porque los consideran represivos, corruptos, violadores de los derechos humanos y las libertades públicas.