El supuesto tiroteo que forzó a cerrar durante más de una hora la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington y que utiliza el presidente de EEUU, Barack Obama, en sus viajes, quedó en una falsa alarma y la base ya vuelve a estar abierta.

"El cierre de la base se ha levantado", dice en su cuenta de Twitter el propio complejo aéreo, a la vez que informaciones periodísticas apuntan a que alguien confundió un simulacro de tiroteo que se llevó a cabo en el recinto con un tiroteo real.