El arresto de la capitana del barco Sea Watch ha generado un conflicto diplomático en 24 horas. Salvini defendía tras su detención que "habrá un juicio y la joven pasará su tiempo en la cárcel", unas contundentes palabras del ministro italiano que choca con la reacción de Berlín. "Salvar vidas humanas es un deber humanitario", dice el ministro de Exteriores de Alemania, país al que pertenece la ONG y del que es ciudadana Carola Rackete.

Desobedeciendo las leyes italianas, la capitana atracó en Lampedusa con 40 inmigrantes. Además chocó con la Policía costera en la maniobra. Por esto se enfrenta a 10 años de cárcel, una pena merecida, según Salvini, pero que su homólogo francés también la cuestiona: "Cerrar el puerto es una violación del derecho del mar".

La presión europea ha provocado que el ministro de Exteriores italiano insista en la independencia de poderes: "La justicia tiene plena independencia del Gobierno". En Open Arms apoyan la actuación de Carola Rackete y piden a la Unión Europea que actúe: "Amparándose en el derecho marítimo internacional piden entrar por razones humanitarias y es una razón innegable que no puede ser prohibida", asegura Oscar Camps.

La alemana está acusada de violencia y resistencia contra un buque de guerra y de tráfico de seres humanos. El lunes pasará a disposición judicial.