Los hechos ocurrieron en Carolina del Sur en abril de 2015, cuando Slager, que entonces trabajaba para el Departamento de Policía de North Charleston, paró al afroamericano Walter Scott por llevar una luz de su vehículo rota.
Durante la parada, Scott huyó a pie de Slager por un terreno baldío, y éste le disparó cinco veces por la espalda. Un transeúnte grabó la escena, que sirvió para que hoy el juez considerase la muerte como un homicidio en segundo grado.
El asesinato de Scott ocurrió en pleno cuestionamiento a las fuerzas de seguridad en Estados Unidos tras la muerte de varias personas negras a manos de la Policía. El caso que encendió la mecha fue el del joven Michael Brown en Ferguson (Misuri) en 2014, una muerte que desató violentas protestas y reavivó las tensiones raciales en el país.
En el caso de Scott, la polémica desatada con la grabación hizo que Slager fuese despedido y detenido pocos días después del asesinato. En mayo de este año, Slager ya se había declarado culpable de un delito contra los derechos civiles de Scott. La familia de Scott alcanzó un acuerdo económico con la municipalidad de North Charleston por 6,5 millones de dólares ( 5,5 millones de euros).