La justicia francesa ha condenado a 30 años de prisión a uno de los hermanos del yihadista Mohamed Merah, que en marzo de 2012 asesinó a siete personas en Toulouse, al sur de Francia, antes de ser abatido.

El Tribunal de lo Criminal de París le ha impuesto en apelación a Abadelkader Merah 10 años más que en el juicio en primera instancia, que se había celebrado en el otoño de 2017, al considerar probado esta vez el cargo de complicidad, además del de terrorismo.

Los jueces decidieron igualmente que el hermano del que se llamó "el asesino de Toulouse", para el que la Fiscalía pedía la cadena perpetua, cumpla de forma efectiva entre rejas al menos dos tercios de su condena antes de poder solicitar cualquier beneficio penitenciario.

Abdelkader Merah afirmó, antes de que el tribunal se retirara a deliberar este jueves, que no tenía "nada que ver con la acción perpetrada" por su hermano.

Como en primera instancia, este hombre de 36 años del que se conocía su radicalismo islámico desde años antes de los hechos, había admitido que ayudó a su hermano a robar la moto con la que se desplazó para cometer sus atentados, pero dijo no estar al corriente de sus intenciones ni haber sido instigador.

Su abogado Eric Dupond-Moretti, una vez que se conoció el veredicto lo calificó de "incomprensible" porque a su parecer no se había presentado ninguna prueba de que ayudó a Mohamed a cometer sus crímenes y no se sabe de qué hablaron los dos hermanos en sus últimos encuentros antes de sus ataques yihadistas.

Dupond Moretti explicó este viernes en la emisora "France Info" que recurrirá esta sentencia ante el Tribunal Supremo porque este segundo juicio, a su parecer, "no fue un proceso justo" y su cliente "fue tratado como un animal" y no tuvo "el beneficio de la duda".

Junto a Abdelkader Merah se sentó en el banquillo por segunda vez Fettah Melki por haber vendido a Mohamed Merah un chaleco antibalas y un arma de fuego aunque conocía sus derivas de integrismo islámico. Fue condenado a 10 años, frente a los 14 que había recibido en primera instancia en noviembre de 2017. Mohamed Merah, que se identificó como miembro de Al Qaida, asesinó en marzo de 2012 a tres militares, a tres niños en una escuela judía de Toulouse y al padre de uno de ellos antes de ser rodeado por la policía en su vivienda, donde se pertrechó y fue finalmente abatido.