Elección del nuevo papa

El cónclave, paso a paso: del 'extra omnes' en la Capilla Sixtina a la fumata y la 'sala de las lágrimas'

¿En qué consiste?
Los cardenales se reúnen la noche de antes y quedan aislados. Votan dos veces por la mañana y otras dos por la tarde en busca de la fumata blanca y el resonar de las campanas de San Pedro.

El clero en el funeral del papa Francisco en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
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El papa Francisco ya descansa en la basílica de Santa María la Mayor. Ya descansa después de una jornada, después de un día, en el que unos 400.000 fieles se han dado cita en Roma para dar su último adiós al sumo pontífice. En el que 249 delegaciones han estado en la plaza de San Pedro, convertida en el epicentro del tablero de ajedrez mundial. Tras un día de emoción. De lágrimas. Uno que, ya terminado, da comienzo a una nueva era en la Iglesia.

Porque toca elegir a quién será su nuevo máximo representante. Porque es momento de pensar en el futuro y en quién sucederá a Francisco, a Jorge Bergoglio, al frente de la institución. Son 133 los cardenales electores. Son todos ellos los que se encerrarán el tiempo que sea necesario en la Capilla Sixtina hasta que el humo que salga de la chimenea de su tejado sea blanco.

Pero hasta eso hay todo un proceso. Uno que da comienzo la tarde anterior a la jornada en la que se inicia el cónclave. Es entonces cuando los cardenales electores, que son 133, se trasladan a la Casa de Santa Marta, la residencia en el interior del Vaticano en la que vivió Francisco, para cenar juntos. Desde entonces, su comunicación con el exterior será cero. Estarán completamente aislados.

A la mañana siguiente, Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, celebrará la misa 'pro eligendo Papa' en la basílica de San Pedro que estará abierta a todos los fieles. Por la tarde, la procesión. El momento en que los cardenales se dirigirán a la Capilla Sixtina invocando la asistencia del Espíritu Santo con el canto del 'Veni Creator'.

Ya dentro de la Sixtina, Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas, proclamará el 'Extra omnes'. Viene a ser un 'todos fuera', y las puertas del recinto estarán ya completamente cerradas quedando dentro tan solo los cardenales electores. Es entonces cuando se procederá a la primera votación.

¿Cómo es la votación?

El proceso para el voto es el siguiente. El último cardenal diácono elige a tres escrutadores, tres auditores y tres colaboradores. Los Maestros de Ceremonias dan, al menos, dos o tres papeletas en blanco a cada elector, y luego salen de la Capilla Sixtina. Cada cardenal rellena en secreto la papeleta, escribiendo de la forma más clara posible el nombre de la persona que quiera elegir. Luego es cuando la dobla por la mitad para, sosteniéndola en alto, ir al altar. Ir al lugar donde están los escrutadores.

El cardenal, entonces, realiza un juramento: "Invoco a Cristo el Señor, que me juzgará por testigo de que mi voto se da a quien, según Dios, creo que debe ser elegido". Es entonces cuando coloca la papeleta en un plato y la desliza dentro de un cáliz que se utiliza como urna. Se inclina ante el altar y, posteriormente, regresa a su asiento.

Votarán dos veces por la mañana. Las dos, inmediatamente después de los laudes que tienen lugar a las 09:00 hora local. Por la tarde, otras dos votaciones. Al haber 133 electores, se necesitan al menos 88 votos para ser elegido nuevo papa y, por tanto, sucesor de Francisco.

Al final de la votación, el primer escrutador sacude la urna varias veces para mezclar las papeletas, el segundo repite el proceso y el tercero transfiere las mismas, una por una, a otro cáliz. Si coinciden con el número de electores, llega el recuento. Se sientan los tres en una mesa y es entonces cuando el primer escrutador abre la tarjeta y lee el nombre. El segundo repite el proceso y el tercero anota el nombre y lo lee en voz alta para, finalmente, perforar cada tarjeta con una aguja y unirlas con un hilo.

Y luego, la fumata

Entonces aparece la figura del Camarlengo. Es quien recoge las notas y redacta el acta con el resultado. Luego, todos esos papeles se queman en una estufa, donde se une un aditivo químico que cambia el color del humo. Es, lo que viene siendo, la 'fumatta'.

O, en castellano, la fumata. Cada dos votaciones, las papeletas en las que los cardenales han escrito su candidato se queman. El humo sale de una chimenea en el tejado de la Sixtina alrededor de las 12:00 y de las 19:00. Si sale antes, y el humo es blanco, se ha elegido papa. Además, al tiempo resonarán las seis campanas de San Pedro en señal de celebración.

Finalmente, el elegido debe visitar la llamada 'sala de las lágrimas'. Es una sala con los vestidos del nuevo pontífice, de varias tallas. El nombre viene al ser el lugar donde el nuevo máximo representante de la Iglesia puede desahogar la emoción contenida hasta ese momento.

El cónclave de Francisco duró 13 días

Un cónclave, dependiendo de cómo se dé el asunto, puede durar o bien horas o bien días, siendo más común este segundo caso. Como ejemplo, la elección de Jorge Bergoglio como sucesor de Ratzinger duró un total de 13 días. Casi dos semanas.