A cara descubierta y con sus hijos al lado, varias mujeres indígenas se ha enfrentado a los militares que les impiden llegar a la ciudad Cochabamba, bastión de Evo Morales y epicentro de las protestas en su favor.

La multitudinaria marcha de la que formaban parte terminó, de nuevo, en violencia y barricadas en las calles. Unos encontronazos que dejan nueve muertos este fin de semana. Tres de ellos, según las autopsias, por disparos en la nuca.

Eso, sumado a la aprobación de un decreto que exime de responsabilidad penal a los policías y militares, ha hecho saltar las alarmas.

Una norma que para la Comisión Interamericana de Derechos humanos estimula la represión policial y no respeta estándares internacionales. También la ONU, a través de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michel Bachelet, se preocupa de un uso innecesario o desproporcionado de la fuerza en Bolivia.

Desde el inicio de las protestas, hace casi un mes, serían más de 23 los muertos y 715 heridos. La llegada Gobierno interino de Jeanine Añez, no ha frenado la violencia, pero sí ha cambiado la política exterior

Buena sintonía entre los autoproclamados: Juan Guaidó la ha reconocido como presidenta boliviana. Por el contrario, se ha expulsado del país a 700 médicos cubanos, diez de ellos están detenidos acusados de fomentar las protestas.