Tras la muerte de la Reina Isabel II Reino Unido puso en marcha la 'Operación Puente de Londres' así como la 'Operación Unicornio' por haberse producido en Escocia; una serie de protocolos metódicos distribuidos en pasos que hay que seguir desde el momento de la muerte hasta después del funeral. Sin embargo, Reino Unido no es el único país que acaba de perder a una monarca, Canadá también lo ha hecho.
Canadá forma parte de la Mancomunidad británica, una serie de naciones soberanas que tienen a la monarquía británica como jefes de Estado. Conformado por: Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Jamaica, Antigua y Barbuda, las Bahamas y ocho países más. Es por ello por lo que tienen sus propios protocolos a seguir después de la muerte de un monarca.
En Canadá es probable que el gobierno, en cierta medida, se base en el Manual de Procedimiento Oficial del Gobierno de Canadá, elaborado por la Oficina del Consejo Privado en 1968. Primero, la transición de reinado al príncipe Carlos se vuelve automática y se transforma en el rey Carlos III, según confirmó Clarence House en un comunicado en la tarde del jueves.
Sin embargo, muchos pasos del protocolo tales como la cantidad de días de luto, si se coloca un lazo negro en las imágenes de la reina o si habrá cambios en las monedas y billetes permanecen a discreción del primer ministro y del gobierno.
Cómo se anuncia la muerte de un monarca
El Gobernador General —representante de la corona en los países de la mancomunidad— anuncia la muerte del monarca en la Gaceta de Canadá, el periódico oficial del gobierno. Seguidamente, publicarán anuncios el teniente-gobernador, el primer ministro y otros miembros de los gobiernos federales, provinciales y territoriales.
La Gobernadora General, Mary Simon, rindió homenaje en un discurso pronunciado el jueves por la noche desde el Rideau Hall. "Se preocupaba por Canadá y por todas las historias únicas que conforman nuestro hermoso país", dijo Simon, calificando como un profundo honor el haber conocido a la Reina.
Posibles cambios en el gobierno
Si la muerte se hubiera producido décadas atrás es posible que el gobierno canadiense se hubiera descalabrado. Según el libro 'La profunda corona de Canadá' ('Canada's Deep Crown') de David E. Smith, Christopher McCreery y Jonathan Shanks “el Parlamento se disolvería, mientras que cualquier procedimiento judicial que implicara a la Corona terminaría”. Pero legislaciones recientes han cambiado esto para proteger el normal funcionamiento del gobierno canadiense.
La Ley del Parlamento de Canadá de 1985 establece que el Parlamento continuará "de la misma manera que si ese fallecimiento no hubiera ocurrido" y que "el fallecimiento no afecta al ejercicio de ningún cargo de la Corona en derecho de Canadá".
Funeral y luto
Reino Unido tiene establecidos 12 días de luto, pero en Canadá no hay una cantidad de días establecidos; el primer ministro se encarga de decidir esto. Sin embargo, la bandera canadiense también estará izada a media asta y los que trabajen en los mundos virreinales, militares y gubernamentales deberán llevar corbatas o brazaletes negros.
Finalmente, una ceremonia conmemorativa se llevará a cabo en la Catedral de la Iglesia de Cristo en Ottawa con oficiales del gobiernos y organizaciones tales como caridades que tuvieran una estrecha relación con la reina. Dicha ceremonia comienza con un desfile en la capital precedido por las Fuerzas Armadas y la RCMP, que cumplirán la costumbre de disparar una ronda de balas por cada año de su vida.
Asimismo, es muy probable que también formen parte del evento ceremonias indígenas como "como la limpieza, los tambores y el canto de la garganta", según ‘La profunda corona de Canadá’.
Y en cuanto a si habrá cambios en las imágenes de la reina en los billetes, monedas o pasaportes, así como su nombre en los juramentos de nacionalización de inmigrantes, estos son cambios graduales y con distintos niveles de envergadura.