Boris Johnson dejará de ser primer ministro en otoño. Así lo ha anunciado en una comparecencia pública tras las 72 horas más convulsas de su Gobierno en Downing Street.

Desde el pasado martes se ha producido la dimisión de 4 de sus ministros y la vicepresidenta Caroline Johnson. En total, son más de 50 los cargos que han abandonado el Ejecutivo por los sucesivos escándalos en los que se ha visto involucrado el gobierno 'torie' en los últimos meses.

En concreto, el detonante ha sido la designación del diputado Chris Pincher como responsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador pese a que Johnson sabía que se le había investigado por haber realizado tocamientos no deseados a varios hombres en una reunión social. Johnson tuvo que admitir que ya conocía que había cometido esos actos en el pasado cuando le nombró, desatando una ola de abandonos en su Gobierno, que ya acumulaba una historia de polémicas por el 'partygate'.

El ministro británico para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, ha sido el último en presentar su renuncia en protesta por la continuidad del 'premier'. Lewis, ministro clave del gabinete de Johnson, ha asegurado que "lamentaba profundamente" tener que dejar el Gobierno pero que de un Ejecutivo se espera "honestidad, integridad y mutuo respeto".

Fue el último en cerrar la puerta al Gobierno británico tras la renuncia de otros tres ministros en las 48 horas previas a su renuncia. Sin embargo, no ha sido hasta primera hora de este jueves cuando los medios británicos han anunciado su renuncia. Hasta entonces, fuentes cercanas al líder "tory" afirmaban que no tenía ninguna intención de dimitir y se mostraba "absolutamente desafiante".

Así lo había filtrado al canal 'Sky News' una fuente del Ejecutivo. Esa fuente de Downing Street aseguraba que el dirigente conservador quería "luchar" y podría hacer nuevos nombramientos. Según este medio, algunos de sus aliados más estrechos figuran entre los ministros que habían pedido explícitamente a Johnson que se fuera, como los titulares del Interior, Priti Patel; Empresas, Kwasi Kwarteng; Transporte, Grant Shapps; para Irlanda del Norte, Brandon Lewis; y para Gales, Simon Hart.

De hecho, según 'Sky News', Johnson ya habría iniciado despidos entre los miembros del gabinete que le habían pedido que renunciara. Se trataría de Michael Gove, ministro de Vivienda, Comunidades y Gobierno Local. Un hecho que demostraría su intención de mantenerse en el poder hasta el último momento.

Así se inició la 'sangría' política

A la renuncia por sorpresa de los ministros de Reino Unido de Finanzas, Rishi Sunak, y Sanidad, Sajid Javid el pasado martes, se habían sumado nuevas en las últimas 24 horas: la dimisión del ministro de Infancia y Familia, Will Quince, apenas horas después del anuncio de renuncia de los otros dos 'tories'; el secretario de Educación, Robin Walker; y la del secretario de Economía, John Glen.

Seis de los grandes pesos pesados del Ejecutivo le retiraban su apoyo en mitad de un una hemorragia que ha terminado haciendo caer al 'premier' a pesar de salir airoso en la moción de confianza interna a la que sobrevivió hace menos de un mes. No obstante, se trataba de una victoria amarga: demostraba que el 41 % de sus propios diputados conservadores ya no confiaban en él. En esta ocasión, la podredumbre ya había llegado hasta el mismo núcleo de su gabinete.

A las voces críticas también se sumaba a última hora de la mañana de este jueves la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, que remarcaba que el primer ministro "siempre fue manifiestamente incapaz" para ocupar el cargo y ha agregado que "habrá un sentimiento generalizado de alivio cuando termine el caos de los últimos días y meses".

"No podemos seguir así"

En su carta de dimisión, Sunak alegaba que los británicos "esperan con razón que el Gobierno se comporte de forma adecuada, competente y seria". "Creo que merece la pena luchar por esos estándares, y por eso renuncio", explicaba en su misiva dirigida a Johnson, en la que reconocía que quizá el de Economía sería el último ministerio que le corresponda dirigir. "Estoy triste por dejar el Gobierno, pero he llegado de mala gana a la conclusión de que no podemos seguir así", agregaba.

Según aseguraba en su carta, Johnson no estaba dispuesto a tomar "decisiones difíciles" en la economía, como pudo comprobar al preparar un discurso conjunto para la próxima semana en ese campo, y se dio cuenta de que sus enfoques "son fundamentalmente demasiado diferentes".

También se mostró duro en su renuncia Javid, quien denunció que el deterioro de los valores conservadores en el Ejecutivo de Johnson "no cambiará bajo su liderazgo". "La moción de censura interna el pasado mes (...) fue un momento para la humildad, retomar el control y una nueva dirección. Lamento decir que esta situación no cambiará bajo su liderazgo, y por tanto ha perdido también mi confianza", subrayó Javid, quien en su día ya aspiró a liderar el Partido Conservador.

A última hora del martes se conoció también que el ministro de Educación, Nadhim Zahawi, sustituiría a Sunak al frente de Economía, mientras que el secretario de Estado del Gabinete, Steve Barclay, uno de los colaboradores más estrechos de Johnson, haría lo mismo con Javid en Sanidad. Sin embargo, horas más tarde el recién nombrado ministro de Finanzas, Nadhim Zahawi, también exigía la marcha del primer ministro.

Will Quince, el ministro de Infancia y Familias, era el siguiente en desligarse del Gobierno de Johnson. "No tenía otra opción", asevera en una carta de renuncia por Twitter.

Las dimisiones desataron un aluvión de renuncias encadenadas, aunque voces autorizadas de los "tories", como el exnegociador del Brexit David Frost o el vicepresidente del partido "tory" Bim Afolami, también demandaron la marcha de Johnson, y algunos cargos de menor rango también dejaron sus puestos.

El escándalo sexual de Pincher: la gota que ha colmado el vaso

Las dimisiones de Sunak y Javid llegaron en otro día de polémicas para el primer ministro, quien tuvo que disculparse por haber designado como responsable de la disciplina del grupo parlamentario conservador al diputado Chris Pincher pese a saber que se le había investigado por conducta sexual inapropiada.

Aunque Downing Street trató inicialmente de desvincular a Johnson de lo sucedido con Pincher, quien dimitió la semana pasada por haber realizado tocamientos no deseados a varios hombres en una reunión social, finalmente el "premier" tuvo que admitir que ya conocía que había cometido esos actos en el pasado.

Los ministros que habían renunciado esta semana no habían aludido directamente a este escándalo, pero para muchas voces críticas con Johnson en su partido supone la gota que ha colmado el vaso. Mientras, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, aseguró que el Gobierno de Johnson "se está derrumbando" tras la dimisión de los ministros.

"Está claro que este Gobierno se está derrumbando. Los ministros 'tories' han sabido desde el principio quién era el primer ministro. Han sido sus animadores a lo largo de esta lamentable saga", declaró Starmer a medios británicos.

Para el laborista, los ministros "han sido sus cómplices a cada paso, según deshonraba su cargo y defraudaba al país. Si tuviesen un ápice de integridad, hace meses que se habrían marchado". La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, consideró por su lado que "todo ese grupo podrido debe marcharse ya".