Cerca de 1.000 personas han condenado en Estambul el brutal asesinato del icono LGTBI turco: la transexual Hande Kader. Amigos de la activista de 22 años , que ejercía la prostitución, denunciaron su desaparición hace semanas, preocupados porque no era la primera vez que recibía palizas o era apuñalada.

El pasado 8 de agosto la policía halló su cuerpo mutilado y calcinado. "Fue secuestrada, metida en un coche, violada y masacrada en el bosque", relata un activista LGTB.

La comunidad transgénero de Turquía, la que más asesinatos sufre de toda Europa, está conmocionada por la crueldad del crimen. "Estamos impactados, en shock", afirma Banu Alan, transexual turco.

Hande se convirtió en un símbolo mundial de lucha por la igualdad desde que intentó frenar el paso de los antidisturbios que disolvían con gases lacrimógenos y cañonazos de agua. La marcha del orgullo gay del año pasado, prohibida por el gobierno de Erdogan. Aunque la homosexualidad no es un delito en Turquía, 8 de cada 10 ciudadanos la consideran inaceptable.

De ahí la larga y atroz lista de homosexuales asesinados. El crimen de odio de Hande prácticamente coincide con la horrenda decapitación el pasado 4 de agosto de un joven sirio por el simple hecho de ser gay.