Miles de manifestantes y líderes milicianos se han concentrado este martes junto a la Embajada de Estados Unidos en Irak para protestar contra los ataques aéreos perpetrados contra objetivos de Kataib Hezbolá, un milicia afín a Irán, en los últimos días.

Algunos de los asistentes a la concentración han arrojado piedras contra el complejo diplomático, mientras que otros han coreado consignas contra Estados Unidos y su presidente, Donald Trump. También se han registrado incendios en la zona de acceso.

El líder del grupo Asaib Ahl al Haq, Qais al Jazali, y otros dirigentes milicianos se han sumado a esta movilización, en la que se han ondeando banderas de Kataib Hezbolá como gesto de apoyo.

Las fuerzas especiales se han desplegado en la zona para impedir cualquier posible asalto y han utilizado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes ante la escalada de las tensiones. Los milicianos han solicitado igualmente la disolución de la concentración a través de altavoces.

Fuentes del Ministerio de Exteriores iraquí han confirmado que la mayor parte de los funcionarios de la Embajada, incluido el embajador, han sido evacuados como medida de prevención, aunque en el interior permanece parte del personal de seguridad de las instalaciones.

Los ataques del domingo, que se saldaron con 25 milicianos muertos y 55 heridos, vuelven a situar a Irak como eje del pulso político entre Estados Unidos e Irán, en un momento en el que el país árabe se ve sacudido por una serie de movilizaciones sociales que mantienen contra las cuerdas al Gobierno de Adel Abdul Mahdi.

Entre las demandas de los manifestantes antigubernamentales se cuelan de hecho críticas contra el papel que desempeñan milicias como Kataib Hezbolá como sustento del Ejecutivo iraquí.