A más de 14.000 kilómetros de Ucranias, 12 científicos viven con nerviosismo y ansiedad lo que está ocurriendo en su país. Se han quedado atrapados en la Antártida: estaban a punto de volver a Ucrania cuando comenzó la invasión por parte de Rusia. Desde el otro lado del mundo empiezan a asumir que la vida que allí tenían se ha acabado.

Ahora mismo, y en mitad de la guerra, la bandera ucraniana sigue ondeando entre un océano de hielo. Sin embargo, al caer las primeras bombas, la vida en esta estación en la Antártida también se paró. "Fue un shock para todos nosotros. Es imposible describir la impotencia que sentimos en esta situación", ha denunciado el científico Vadym Tkachenko.

Como él, una decena de científicos del país arrasado por Putin se quedaron aislados, sin poder volver a casa tras 11 meses en el polo sur. "Están bastante estresados y ansiosos, lo que lleva a picos de insomnio", ha relatado Andrii Khytryi, médico de la expedición. Tuvieron que esperar dos meses más hasta que un barco vino en su ayuda.

Ahora no saben cuando llegarán, pero sí que volverán a un país que nunca volverá a ser el mismo.