Chile se ha convertido en el octavo país de América Latina en legalizar el matrimonio igualitario tras aprobar un histórico proyecto de ley que permite las uniones entre personas del mismos sexo, uno de los mayores anhelos de la comunidad LGTBI en el país.

En una jornada inédita y celebrada transversalmente, el Congreso dio luz verde a un proyecto de ley que llevaba más de cuatro años en discusión y que tan pronto como sea promulgado permitirá que se casen dos personas del mismo sexo.

Con esta decisión, Chile sigue la estela de otros países latinoamericanos que lo aprobaron recientemente como Costa Rica o Ecuador, y otros que llevan años contemplando este derecho, como Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay y varios estados de México.

"Es un paso histórico, revolucionario, que cambia la historia de país y termina con el abuso sistemático hacia cierto tipo de familias", exclamó Ramón Gómez, encargado de Derechos Humanos del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), una emblemática organización que lleva años luchando por este derecho.

En la céntrica Plaza Italia de Santiago cientos de personas se congregaron en la tarde en ambiente festivo para festejar esta ley, que también reconoce los derechos "filiativos" de los homosexuales, es decir, la posibilidad de que se reconozcan los hijos en común.

"Hoy podemos fin a muchos años de homofobia y transfobia y estamos aquí celebrando el amor", dijo Matías Ovalle, un joven que salió a la calle a festejar.

La propuesta obtuvo un amplio respaldo en ambas cámaras: en la Cámara de los Diputados se aprobó por 82 votos a favor, 20 en contra y 2 abstenciones; mientras que, horas antes, la Cámara Alta le dio el visto bueno con el respaldo de 21 senadores, 8 en contra y 3 abstenciones.

Entre la oposición, el apoyo fue rotundo y dentro del oficialismo (centro-derecha) fue mayoritario, en parte por el empuje que traía el proyecto después de que el actual mandatario, el derechista Sebastián Piñera, se mostrara a favor y urgiera su discusión el pasado julio.