Un mes de tormentosa agonía. Así ha descrito la Fiscalía de Milán el sufrimiento que padeció antes de morir la modelo Imane Fadil, testigo clave en el juicio a Berlusconi por corrupción de menores hace ocho años.

La propia Imane temía ser envenenada. Ya lo dijo en 2012 cuando intentaron comprar su silencio. Y lo repitió al ingresar en el hospital a finales de enero. Los análisis han revelado que su sangre tenía una presencia anormal de metales.

Antimonio, cadmio, cromo y molibdeno a niveles desorbitados. Con esos indicios, el fiscal ha ordenado una investigación por homicidio. La autopsia, que debe confirmar el envenenamiento, se llevará a cabo entre estrictas medidas de seguridad para evitar intoxicaciones.

La modelo aportó un testimonio fundamental sobre las fiestas de Berlusconi, juzgado por las sospechas de que había mantenido relaciones sexuales con 'Ruby Robacorazones' cuando era menor.

Esta mujer, de tan sólo 34 años, tenía planificado contarlo todo en un libro. Ahora, la Justicia investigará su misteriosa muerte.