Por cuarta vez en menos de un mes, las pancartas llenan Moscú. No importa la lluvia. Paraguas y chubasqueros entre los más de 50.000 manifestantes, según la organización; muchos más de los 20.000 que asegura la policía rusa. Todos unidos con un solo un objetivo: exigir que los candidatos de la oposición en Rusia puedan participar en las próximas elecciones locales. Hasta 57 políticos están excluidos, incluyendo aliados de Navalny, el principal crítico de Putin.

Se trata de una de las mayores manifestaciones de los últimos años contra el Gobierno de Putin un día después de que cumpliera 20 años en el poder. "Tiene que haber rotación en la autoridad. Tiene que atender a las demandas de los ciudadanos y dialogar", dice uno de los manifestantes. "Lo que está ocurriendo sobrepasa los límites. Por eso estamos aquí, para apoyar a los políticos independientes y denunciar las detenciones", comenta otro.

Detenciones como la que aparece en las imágenes que una de las candidatas de la oposición al Ayuntamiento de Moscú, Lyubov Sobol, retransmitía en directo. "La policía está aquí, donde estamos reuniendo firmas. Quieren impedir que vaya a la manifestación, pero no tengo miedo", decía Sobol en el vídeo. Hay casi 250 detenidos en todo el país en unas protestas que en esta ocasión también llegaban a ciudades como San Petersburgo.

Allí se ha celebrado una manifestación permitida, pero con unas zonas límite muy marcadas. En las imágenes se puede ver la llegada de los antidisturbios cuando los asistentes se saltaban el límite para acercarse al edificio de la administración presidencial. Pero Putin volvía a no estar cerca. De hecho, no seguía las protestas en la ciudad. Estaba en la península de Crimea, cerca de Sebastopol. En moto, con la banda de 'Los Lobos de la Noche', en un encuentro motero internacional.