Austria convertirá la casa natal de Adolf Hitler en una comisaría de policía. El gobierno austriaco trata de evitar así que el lugar se convierta en un lugar de culto. Cada día, simpatizantes del nazismo acuden hasta esta localidad de apenas 16.000 habitantes.

Esta decisión del Gobierno austríaco llega tras siete años de debate sobre qué hacer con ella desde que la expropió. Además, no es la primera reconversión ya que el edificio que fue originalmente una cervecería ha tenido una larga lista de funciones: centro cultural, biblioteca, escuela tras la Segunda Guerra Mundial, taller para personas con discapacidad durante 30 años.

No obstante, ninguna de estas decisiones ha llegado a borrar el estigma que posee localidad de Braunau en la que se encuentra el edificio y que se sitúa cerca de la frontera con Alemania, pero esta alternativa tampoco parece convencer. La decisión del Ministerio del Interior de reconvertir el símbolo del nazismo en una comisaria de Policía fue muy contestada en Austria y por los vecinos de Braunau, ya que supuestamente no hace más que cumplir lo que Hitler quería para el edificio.

Estas obras contarán con un coste de unos 20 millones de euros y la polémica llega, además, en medio del pujante resurgimiento de la ultraderecha austríaca con el Partido de la Libertad.